Grupo Más, la empresa filial de la corrupta Odebrecht que en Veracruz se encarga del cobro del servicio de agua, va de mal en peor, por «motivos personales» corrieron al director general Arturo Zorrilla Castañeda pero contrataron a Víctor Manuel Trillo Arroyo para encargarse de arreciar la estrategia de cobranza a los ciudadanos.
Para los ciudadanos del puerto de Veracruz, lo mejor sería escuchar que finalmente el nuevo gobierno está dispuesto a rescindir el contrato a Grupo Más, con el argumento de ineficiencia en el servicio, pero lejos de eso, vemos que la empresa ya se está acomodando a los nuevos tiempos.
Víctor Manuel Trillo Arroyo, llega a la gerencia comercial tras haber sido despedido de Conagua, en Xalapa, donde fungió como gerente de servicios de usuarios del área de administración del agua, digo, nadie se va de un cargo a a menos que le estén dando manga ancha para servirse de lo lindo ¿No cree?
Al frente de Grupo Más, cuyos días de operación deberían estar contados, queda Juan Miguel Hernández Briseño, como Coordinador de Comunicación Institucional y cuya tarea primordial debería ser que a todos los habitantes de colonias y fraccionamientos les sea regularizado el suministro de agua potable, debido a que Arturo Zorrilla deja el servicio en zona de desastre.
la segunda tarea de Juan Miguel Hernández Briseño sería dar de baja a todo el personal que le fue heredado de la anterior administración corrupta ligada al PRI, entre los que debería encabezar la lista Víctor Manuel Trillo Arroyo, que deja un mal historial en la ciudad de Xalapa y los planes son de que pese al mal servicio, arrecie el cobro a los ciudadanos del puerto, por lo cual desde este momento ya no es bien visto por los usuarios que exigen cambios de fondo.
CORRIERON AL ACADÉMICO MÁS CALIFICADO DEL GABINETE
Cuánta razón tenía la filósofa de la montaña cuando niño me decía: «Dime con quién andas y te diré quién eres», en la actualidad decimos, «El que se ríe se lleva y el que se lleva se aguanta», esto aplica justamente al ex director de la Academia de Policía Julio Cesar Sosa Mirós, quien pasó de destacado académico y critico del sistema, a empleado de gobierno en una de las dependencias más cuestionables de todo régimen, seguridad pública.
El mítico «Alacrán» del periodismo, Manuel Antonio Huerta Naranjo explicaba a su manera: «Solo hay tres razones para quedarte en el mismo lugar luego de tres días de ver el corredero de mierda, o te encarta la porquería, o eres un soñador, o de plano eres muy pendejo».
En los días postreros a su sorprendente toma de posesión, en tiempo y forma comentamos entre amigos que Sosa Mirós había hecho muy mal en aceptar un cargo de tan bajo nivel y en las inciertas condiciones que ofrece la política.
Académico, con doctorado en la prestigiosa universidad La Sorbona de París, Sosa Mirós abandonó su hábitat natural del lado de la lucha ciudadana, para pasar a recorrer los oscuros pasillos de la academia de policía, dependiente de seguridad pública, donde el prestigio, el grado académico y la honorabilidad simplemente no valen y quedan supeditados a las absurdas decisiones del poder.
El desastre estalló hace unos días y el hilo se reventó por lo más delgado, 184 cadetes y policías de reingreso fueron despedidos de la Academia con el pretexto de no pasar los exámenes de control y confianza y junto con ellos el Secretario de Seguridad Pública Jaime Téllez Marie despidió Sosa Mirós, acusando irregularidades como no aplicar de forma correcta los exámenes de control y confianza.
Es obvio que el académico Sosa Mirós, miembro de la élite social xalapeña, pudo llegar a tener errores, porque eso no es lo suyo; la entonces periodista Gina Domínguez decía: «Te saliste de borracho y te metiste de cantinero» y cometió el mismo error, abandonó el periodismo y se atascó en la política para terminar presa por corrupción. A Sosa Mirós le está saliendo barato, simplemente le hicieron su chamba, como dice el pueblo.
Sirva el ejemplo para todos aquellos que brincan de la crítica y la academia para embarrarse en la política, esta no cambia, ahí no existe la democracia y mucho menos la justicia plena, todo se basa en torno a acuerdos y los que salen no siempre son los más inútiles o corruptos, salen los que estorban ¿Ahora ya me entiendes Barcelata?
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